Con una extensión de 1.400.000 hectáreas, los Esteros del Iberá, son el segundo Humedal más grande de Sudamérica. Antiguos cauces, o lechos abandonados del Río Paraná formaron, con el paso del tiempo, esta independiente y compleja red de humedales compuestas por bañados, esteros, lagunas, embalsados y cursos de origen pluvial. Los esteros de este sistema son un depósito de agua estancada con una profundidad que varía entre 1 y 3 metros cubierto por dos tipos de plantas acuáticas: las que surgen desde el fondo formando pajonales en los bordes costeros o las formaciones flotantes que tapan la superficie del agua como los camalotes y embalsados estos últimos, en algunos casos, toman un espesor considerable.Los sistemas de embalsados se originan en los camalotes, en su entretejido se acumula tierra, traída por el viento y por el agua, la formación de la primera capa permite que crezcan sobre ella otras especies de plantas, incluso árboles, con el paso del tiempo se van superponiendo otras capas. Estas formaciones integran costas flotantes y sus desprendimientos originan las islas flotantes que se mueven guiadas por el viento y las corrientes.